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Ilustración de referencia de un posible fin del mundo. Créditos: Getty Images

Estudios de Harvard dan como resultado una posible fecha sobre una próxima extinción masiva de vida en la Tierra

Por: Zoe Weinert
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El fin del mundo es un tema de interés para muchos y nuevos estudios de la Universidad de Harvard dan una fecha estimativa de la próxima extinción masiva de vida en la Tierra.

Durante cientos de millones de años, los océanos de nuestra Tierra han sido el hogar de diminutos organismos unicelulares conocidos como foraminíferos. Estas criaturas microscópicas, con sus caparazones duros, forman la base de la cadena alimentaria marina. 

El registro fósil de los foraminíferos es una valiosa herramienta para comprender los cambios en la biodiversidad global, especialmente en el contexto del calentamiento global.

Investigadores de la Universidad de Harvard han utilizado un extenso conjunto de datos globales de alta resolución sobre fósiles de foraminíferos planctónicos, que representan uno de los archivos biológicos más completos disponibles. 

Han descubierto que los eventos ambientales que conducen a extinciones masivas están precedidos por cambios sutiles pero significativos en la composición de las comunidades biológicas. Estos cambios actúan como señales de alerta temprana, proporcionando una comprensión más profunda de los patrones que preceden a las crisis ecológicas.

Imagen referencial de la vida en los océanos. Créditos: Getty Images
Imagen referencial de la vida en los océanos. Créditos: Getty Images

Los hallazgos fueron presentados en la reconocida revista Nature, como parte de un estudio dirigido por Anshuman Swain, un destacado miembro de la Fellows Society de Harvard. Swain, investigador del Departamento de Biología Organísmica y Evolutiva, está también afiliado al Museo de Zoología Comparada.

Swain, un físico convertido en investigador que aplica redes a datos biológicos y paleontológicos, se asoció con Adam Woodhouse de la Universidad de Bristol para explorar la estructura de las comunidades del antiguo plancton marino. Su objetivo era determinar si estas comunidades podrían servir como un sistema de alerta temprana para futuras extinciones de la vida marina.

"¿Podemos aprender del pasado para anticipar lo que nos depara el futuro en el contexto del cambio global?" se pregunta Swain. Previamente, Swain ya había participado en un estudio sobre la formación de zonas polares, que ha provocado cambios en las comunidades de plancton marino en los últimos 15 millones de años.

Los expertos emplearon la base de datos Triton, creada por Woodhouse, para examinar la evolución de la composición de las comunidades de foraminíferos a lo largo de millones de años, períodos significativamente más extensos que los típicamente estudiados en esta escala.

Inicialmente, dirigieron su atención al Óptimo Climático del Eoceno Inferior, un período notable por sus altas temperaturas sostenidas, comparables a los escenarios más extremos de calentamiento global.

El estudio reveló que previo a un evento de extinción hace 34 millones de años, las comunidades marinas experimentaron una notable especialización en casi todas partes, excepto en las altas latitudes del hemisferio sur. Esto sugiere que este microplancton migró masivamente hacia latitudes más altas y se distanció de los trópicos.

Estos hallazgos indican que los cambios a gran escala, como los patrones migratorios observados, son evidentes en el registro fósil mucho antes de que ocurran extinciones y pérdidas de biodiversidad reales.

Swain señala que los resultados de los estudios sobre foraminíferos abren nuevas vías de investigación para otros grupos de organismos, incluyendo formas de vida marina, tiburones e insectos.

Estos estudios podrían impulsar una revolución en un campo emergente conocido como paleoinformática, donde grandes conjuntos de datos espaciales y temporales de registros fósiles se utilizan para obtener nueva información sobre la evolución de nuestro planeta.

Por lo tanto, los investigadores consideran crucial invertir en el monitoreo de las estructuras de las comunidades biológicas para anticipar futuras extinciones.

Los científicos subrayaron que este estudio solo fue posible gracias a una extensa investigación in situ realizada por la National Science Foundation a bordo del buque JOIDES Resolution. Durante 55 años, este buque ha llevado a cabo perforaciones en los océanos globales para sus investigaciones. Se espera que el proyecto llegue a su fin este año.

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