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Hielo de la Patagonia. Créditos: Luca Galuzzi

La Patagonia tiene 40 veces más hielo que todos los glaciares de los Alpes europeos juntos

Por: Zoe Weinert
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Según un nuevo estudio el volumen de los campos de hielo de la Patagonia supera con creces a los glaciares de los Alpes europeos.

A pesar de que los campos de hielo de la Patagonia representan la principal reserva de agua en estado sólido del continente, abarcando alrededor de 16.000 kilómetros cuadrados, una extensión comparable a la Región de Valparaíso, existe una carencia de información sobre cómo están respondiendo a los cambios climáticos.

Según el artículo de la Agencia Iberoamericana para la difusión de la ciencia y la tecnología, un equipo liderado por Johannes Fürst, del Instituto de Geografía de la Universidad Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg, en colaboración con científicos de la Universidad de Chile y de diversas naciones, está trabajando para modificar esta situación.

Empleando tecnologías de vanguardia y los datos de campo más recientes disponibles, el equipo recalculó el volumen de ambos campos de hielo, estimando que alcanzaban los 5.351 kilómetros cúbicos en el año 2000. Esto implica que ambos campos de hielo contienen cuarenta veces más hielo que todos los glaciares de los Alpes europeos juntos.

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El Campo de Hielo Patagónico Norte abarca alrededor de 120 kilómetros de longitud y varía en anchura entre 50 y 70 kilómetros en algunos puntos. Por su parte, el Campo de Hielo Patagónico Sur es tres veces más extenso, cubriendo aproximadamente 350 kilómetros de norte a sur, con un ancho promedio de 30 a 40 kilómetros. Estas vastas extensiones de hielo tienen un espesor medio de más de 250 metros.

El clima de la Patagonia favorece al hielo

En la región patagónica, el clima es peculiar y a veces extremo. Allá, los vientos predominantes soplan de oeste a este, llevando consigo aire húmedo desde los océanos hacia el interior del continente.

La imponente cordillera de Los Andes actúa como una barrera formidable para estos vientos, forzándolos a ascender. A medida que el aire húmedo se eleva y se enfría, se produce condensación y dependiendo de la altitud y la temporada, puede comenzar a llover o nevar.

Las áreas comprendidas entre la costa del Pacífico y la cordillera de los Andes en la Patagonia suelen experimentar más de 3000 milímetros de precipitación al año. Esto equivale a una cantidad impresionante de 3000 litros de agua por metro cuadrado anualmente.

Hielo de la Patagonia. Créditos: Getty Images
Hielo de la Patagonia. Créditos: Getty Images

En contraste, en ciudades como Santiago y Concepción, las precipitaciones son considerablemente menores, aproximadamente 280 y 985 litros respectivamente, lo que destaca la marcada diferencia en los patrones de lluvia entre estas regiones.

Sin embargo, a pesar de lo mencionado anteriormente, nadie puede afirmar con certeza el total de precipitaciones anuales en los campos de hielo, que según Johannes Fürst, podrían alcanzar "cantidades inimaginables".

Dado que el hielo glaciar se forma a partir de estas masas de nieve, tener cifras precisas permitiría a los investigadores comprender mejor los procesos implicados. 

Una cosa es cierta: las enormes cantidades de precipitación son una fuente fiable y abundante de reposición de la capa de hielo, que rápidamente alimenta el flujo descendente de los glaciares hacia los fiordos en el oeste y los lagos en el este en la mayoría de los casos.

El hielo en la Patagonia está en peligro

Los campos de hielo patagónicos están experimentando un adelgazamiento significativo, con una disminución promedio de un metro por año, según señaló Mathias Braun, autor de otro estudio en 2019.

Destacó que esta pérdida de hielo a una escala sin precedentes subraya la urgencia de estudiar de cerca estos fenómenos. 

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Para lograrlo, se requiere el empleo de métodos de prospección avanzados. Es precisamente lo que el equipo a cargo de este estudio ha llevado a cabo, en estrecha colaboración con varios científicos chilenos.

El grupo comparó las mediciones existentes, que a menudo son limitadas y obtenidas en el terreno, con datos satelitales. Este enfoque permitió realizar evaluaciones más precisas del espesor del hielo. 

Para David Farías, del Departamento de Geografía de la Universidad de Concepción, este estudio marca un hito significativo al aprovechar los datos geofísicos recopilados durante las campañas de las últimas dos décadas, resultado del esfuerzo conjunto de investigadores e instituciones tanto chilenas como extranjeras.

 

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