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Nebulosa Cabeza de Caballo. Créditos: NASA

Nebulosa Cabeza de Caballo: James Webb una vez más sorprende con impactante imagen

Por: Zoe Weinert
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El Telescopio espacial James Webb una vez más sorprendió con impactantes imágenes y esta vez capturó la nebulosa Cabeza de Caballo.

El Telescopio Espacial Webb nos ha entregado otro regalo cósmico al capturar una mirada más cercana de las etéreas nubes de polvo y gas que forman una nebulosa cercana, iluminada por una estrella compañera en la constelación de Orión.

La Nebulosa Cabeza de Caballo, situada a tan solo 1.375 años luz de distancia, tiene la forma de un caballo celestial galopando a través de las nubes en un sueño estrellado. En sus últimas observaciones, Webb capturó la imagen infrarroja más nítida hasta la fecha de una parte ampliada de esta icónica nebulosa, según la Agencia Espacial Europea.

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La imagen muestra una parte del cielo en la constelación de Orión, en el lado occidental de una vasta región conocida como la nube molecular Orión B. La Nebulosa Cabeza de Caballo se asoma por la parte inferior de la imagen, brillando con la luz proporcionada por una estrella caliente cercana (visible en la parte superior de la imagen).

La cámara de infrarrojo cercano de Webb capturó la parte superior de las nubes de gas y polvo con un detalle sin precedentes, revelando la complejidad de los bordes iluminados de la nebulosa.

Por primera vez, el telescopio Webb detectó una red de delgadas características que rastrean el movimiento de las partículas de polvo a medida que son transportadas por el gas calentado lejos de las nubes. Estos nuevos hallazgos se detallan en un artículo publicado el lunes en la revista Astronomía y Astrofísica.

Nebulosa Cabeza de Caballo. Créditos: NASA
Nebulosa Cabeza de Caballo. Créditos: NASA

Las más recientes observaciones de la Nebulosa Cabeza de Caballo también han permitido a los astrónomos comprender mejor la forma multidimensional de la nebulosa y estudiar cómo el polvo bloquea y emite luz.

La Nebulosa Cabeza de Caballo, también conocida como Barnard 33, se formó a partir de una nube de material en colapso. La parte de la cabeza tiene aproximadamente 3,5 años luz de diámetro. Aunque las nubes de gas que la rodean han comenzado a desvanecerse, su famoso pilar todavía se eleva con fuerza con gruesos grupos de material que son más difíciles de erosionar.

Los astrónomos estiman que la Nebulosa Cabeza de Caballo estará aquí durante al menos cinco millones de años, por lo que es seguro decir que podremos disfrutar de esta belleza por un tiempo.

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Debido a su proximidad, la Nebulosa Cabeza de Caballo es un objetivo ideal para que los científicos estudien la evolución molecular del gas y el polvo en relación con su entorno circundante, así como cómo la radiación interactúa con la materia interestelar.

Con las imágenes recién capturadas, los astrónomos también observarán los datos espectroscópicos para recopilar información sobre cómo las propiedades físicas y químicas del material observado a través de la nebulosa han evolucionado con el tiempo.

La Nebulosa Cabeza de Caballo sigue siendo una fuente invaluable de información y vistas hermosas en el cosmos.

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