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Monos. Créditos: Raúl Arboleda

Si venimos del mono, ¿por qué no tenemos cola? la ciencia lo explica

Por: Zoe Weinert
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Para nadie es un secreto que el humano viene del mono, sin embargo hasta ahora no se sabía con certeza cuándo perdimos la cola… hasta ahora.

El misterio sobre la cola comienza a descifrarse porque un grupo de investigadores estadounidenses ha identificado recientemente la mutación genética presente en los humanos que podría haber llevado a la pérdida de la cola en el linaje que condujo a los homínidos, nuestros antepasados, y a los simios antropomorfos. Esta mutación ocurrió en un solo individuo hace aproximadamente veinte millones de años.

La evolución de las especies de primates los clasifica en dos grupos principales: los hominoideos, que incluyen gorilas, chimpancés y humanos, y los no hominoideos, que poseen cola y son parientes primates más distantes de los humanos.

La eliminación de la cola representa uno de los cambios anatómicos evolutivos más significativos a lo largo del linaje que llevó a los humanos y a los simios antropomorfos. Este cambio desempeñó un papel crucial en el desarrollo del bipedismo humano, ya que su aparición coincidió con la pérdida de la cola.

Durante alrededor de quinientos millones de años, nuestros ancestros poseían una cola. Inicialmente, como los peces, la usaban para nadar en los mares del Cámbrico. Posteriormente, cuando evolucionaron hacia primates, las colas les servían para mantener el equilibrio mientras se desplazaban de rama en rama por las selvas del Eoceno. Sin embargo, hace aproximadamente 25 millones de años, las colas desaparecieron.

Darwin estudió la cola

Charles Darwin fue el primero en reconocer este cambio en nuestra anatomía ancestral, lo que sorprendió a sus lectores victorianos al afirmar que descendemos de primates con cola. Darwin observó que, aunque los humanos y los simios carecen de una cola visible, comparten un pequeño conjunto de vértebras que se extienden más allá de la pelvis. 

Esta estructura, conocida como coxis, es el hueso propio de los vertebrados que carecen de cola, formado por la unión de las últimas vértebras y articulado por su base con el hueso sacro. En "El origen de las especies", Darwin escribió: “No puedo dudar de que es una cola rudimentaria”.

Este cambio anatómico significativo tuvo un impacto profundo en nuestra evolución. Los músculos que antes controlaban la cola de nuestros antepasados evolucionaron para formar una almohadilla muscular que atravesaba la pelvis. Cuando hace millones de años los antepasados de los humanos se levantaron y empezaron a caminar sobre dos piernas, esa almohadilla muscular estaba lista para soportar el peso de los órganos erguidos necesarios para la marcha bípeda.

Filogenia de los primates
Filogenia de los primates

El nuevo estudio sobre la cola

Un reciente estudio publicado en Nature proporciona una explicación sobre cómo ocurrió la pérdida de la cola. Los autores de este estudio han identificado la mutación genética que posiblemente eliminó las colas en el linaje que condujo a los homínidos y a los simios antropomorfos.

Para entender cómo los simios y los humanos perdieron la cola, los investigadores examinaron el proceso de formación de la cola en otros animales. Durante las etapas iniciales del desarrollo embrionario, se activan genes maestros que actúan como un manual de instrucciones para que diferentes partes de la columna se diferencien en unidades reconocibles, como el cuello y la región lumbar. En el extremo opuesto del embrión, aparece un primordio caudal, que da lugar a una cadena especial de vértebras, músculos y nervios.

Los investigadores han identificado más de treinta genes que juegan un papel en el desarrollo de la cola en diversas especies, desde el largo apéndice de una iguana hasta el muñón similar al de los linces que muestran los gatos Manx. Curiosamente, todos estos genes también están activos en otras partes del embrión en desarrollo.

Para probar la hipótesis de que la mutación estaba involucrada en la desaparición de la cola, los investigadores manipularon genéticamente ratones para insertarles la mutación TBXT que llevamos los humanos. Muchos de los animales no desarrollaron cola en absoluto, mientras que a otros solo les creció un muñón.

La nueva investigación sugiere que esa mutación afectó aleatoriamente a un simio hace unos veinte millones de años, lo que resultó en el crecimiento de un muñón en lugar de una cola, o posiblemente en la ausencia de cola. A pesar de lo aparentemente desventajoso, el animal sin cola no solo sobrevivió, sino que también prosperó, transmitiendo la mutación a su descendencia. Con el tiempo, la forma mutante de TBXT se convirtió en la norma en los simios y los humanos actuales.

Los científicos sostienen que la mutación TBXT no es la única razón por la que nos crece un coxis en lugar de una cola. Aunque los ratones con los que experimentaron produjeron varios tipos de colas modificadas, el coxis en todos los humanos es casi siempre idéntico. Por lo tanto, se cree que debe haber otros genes que mutaron más tarde y que contribuyeron a producir una anatomía uniforme entre los homínidos.

 

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